Antes que nada recordad a vuestro yo interior que por mucho que penséis que vuestras dotes de baile se igualan con las de Beyonce en “Single Ladys”, en la mayoría de los casos esta afirmación personal no concuerda con la realidad. Seguramente cuando nos movamos parezcamos más un señor mayor bailando “Paquito el chocolatero”, pero no hay de qué preocuparse. ¡Que no cunda el pánico! Porque tenemos todas las claves, abaladas por expertos de las mejores universidades estadounidenses (porque todos sabemos que los estudios siempre vienen de allí, concretamente de Wisconsin) que os harán impresionar a vuestra pareja haciendo un papel espectacular siendo stripper o boy durante unos minutos, sin heriros a vosotros mismos en el intento.
Primero y primordial, elegir un estilo musical que concuerde con el momento y que no os exija hacer una voltereta triple con tirabuzón, algo tranquilo y que os permita desenvolveros con soltura pero con un ritmo calmado. Nada de música electrónica, reggaetón del que utilizan los djs a las 5 de la mañana o rap frenético; de verdad que no es buena idea, haced caso a los profesionales. Tras haber elegido la música lo mejor es buscar referencias de striptease o baile erótico, desde aquel boy que bailaba tan bien en la despedida de tu prima, pasando por referencias en películas de las que ya hemos hablado en el blog o incluso el socorrido Google (aunque nosotros pondríamos un filtro de edad, nunca sabes si encontrarás algo que nunca desearías haber visto).
Con lo bien que empieza esta película y lo mal que acaba para el pobre chico. SPOILER ALERT
En segundo lugar, escoge un vestuario que te haga sentir cómodo o cómoda, si bien es cierto de que todos tenemos en mente ciertos “uniformes” muy concretos quizá no sea lo mejor para los alumnos más inexpertos. Si aun así quieres atreverte, recuerda que los sistemas de apertura y cierre de ciertas prendas pueden ser potencialmente complicados de manejar, por lo que puede ser que el proceso del striptease se estanque y tengas que poner la canción en bucle o algún botón acabe siendo un proyectil inesperado. No obstante, la práctica hace al maestro y con unos cuantos minutos de dedicación seguro que consigues el resultado que tienes en mente.
El corazón quiere el disfraz, que el corazón quiere.
Tercer punto y más importante, intenta no tomarte licencias poéticas e interactuar con el mobiliario sin ensayo previo, no queremos acabar en urgencias. Aunque si pasa no dudes en contarnos todos los detalles, nadie se resiste a una buena historia con final inesperado.
Siempre puedes afrontarlo como si no hubiera pasado nada y utilizarlo como excusa para cambiar todos los muebles.
Y por último recuerda, tienes el ritmo de una estríper o un boy en tus venas pese a que este se encuentre más o menos escondido, así que atrévete con todo y deja atrás la vergüenza si realmente quieres lanzarte con esta experiencia.
Todo puede salir mejor de lo que creíamos al principio.
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